22 julio 2010

Eres

ERES acaso un todo, siendo el todo mi mejor parte y convirtiendo el resto de las partes en algo mejor.
ERES un escondite donde refugiarse para siempre, sabiendo que el exterior me espera de tu mano y en tu mano.
Acaso ERES mucho más que un instante tomando el instante como principio diario en el que recrearse durante todas las horas del día, y aún así saber que me queda el resto de la vida para asomarme a la ventana infinita de tu infinito cielo.
Una vez anterior ya fuiste,ya estuviste aquí, aunque no nos viésemos, aunque ,aún sin conocernos, nos separó la vida(o no nos encontró), hasta ahora, en este tiempo, en este preciso instante intemporal y eterno.
Fuera se oye el viento, y miles de partículas penetran por la ventana de esta habitación. Me recuerdan el ayer en otro tiempo...y cierro fuerte los ojos para apartarlo de este instante que no quiero que nadie toque...ni siquiera el viento.




11 julio 2010

Tu azul oceánico

Fueron muchos los días, las tardes y sus noches. Fue un silencio hondo, un ahogo constante, una oscuridad densa e interminable. Sin respirar, sin aliento ni latido.
Se paró el pulso y con él ese tic-tac que bombea la sangre. Se paró todo menos el mundo, que siguió adelante, con sus días y sus noches, pero sin mí. El habitante que era yo dejó de habitarme, pues ahí no existía clima ni hábitat, ni espacio ni hogar, ni aire, ni luz. Se apagó todo dentro...y fuera, en el resto del mundo, las luces inundaban una ciudad de rascacielos sin límite.

Pero llegó él... despacio, entró...despacio, susurró...despacio y lento, como si de un caracol se tratara... Y se instaló. La luz irrumpió de golpe y creó el espacio, que se bañó con música y se tiñó de color. Creció la hierba pues había agua y el silencio se olvidó de existir.

La velocidad hizo el resto, porque cuando se unen pequeñas fuerzas... hacen una fuerza mayor (miles de caracoles indestructibles hicieron una montaña infinita). Subí a la cima, con mi mirada atenta por saber si fallaría en el intento. No fallé, ni dudé, ni perdí, ni flaqueé. Desde allí todo era mágico, sólo estabas tú con tu azul oceánico. Respiré un aire limpio que tú habías dejado para mí, bebí la tranquilidad que rescataste para regalarme, acaricié la ilusión con la que decoraste el cielo, comí el amor de tu boca...y allí en tu boca decidí quedarme para siempre.

07 julio 2010

Existe un territorio del amor

I
Ya mucho más allá del mezzo
«camin di nostra vita»
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
ni espumas ni sábanas ni muslos.

Todo se cumple en un reflejo de crepúsculo
tu pelo tu perfume tu saliva.
Y allí del otro lado te poseo
mientras tú juegas con tu amiga
los juegos de la noche.
(...)
Cinco poemas para Cris. Julio Cortázar.